Dra. María-José Foncubierta-Rodríguez es profesora e investigadora de la Universidad de Cádiz (España)
D. José María Lara Medina es graduado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Cádiz (España)
Las empresas necesitan flexibilidad para adaptarse a los cambios en el entorno turbulento que les rodea. La tecnología puede contribuir a aprovechar las oportunidades y explotar las fortalezas, confiriendo dicha adaptabilidad, para el logro de una ventaja competitiva sostenible. Pero, a su vez, ello ha exigido un cambio en las competencias necesarias para trabajar en el mundo digital.
Competencias, conocimientos y habilidades poseídos que sean difíciles de imitar se convierten en activos estratégicos para las organizaciones (Teoría de los recursos y capacidades internos). A su vez, resultan una fuente de primer orden en la productividad de las mismas, y, consecuentemente, de los territorios donde éstas se asientan (Teoría económica del Capital Humano).
La finalidad del presente estudio, de tipo exploratorio, es la de comprobar la importancia de determinadas competencias digitales, así como el grado de preparación de la población activa en ellas ante los desafíos de la nueva era, en el tejido socioeconómico de la Bahía de Algeciras.
El Mapa Europeo de las Competencias (European Skills Index, ESI) señala que en España se da aún un mal ajuste entre competencias enseñadas respecto a las necesitadas por el entorno profesional.
Pero, ¿cómo se mide lo que requiere el entorno profesional? De los tres métodos que lleva a cabo la UE se elige para este trabajo el de consultar directamente a los empleadores por las competencias que consideran necesarias en su personal. A tal fin, se utiliza un cuestionario como método de obtención de información primaria, destinado a 180 agentes del tejido socioeconómico del territorio de la Bahía. En él se pregunta, a través de una escala Likert del 1 al 5, por el grado de necesidad para la empresa de una determinada competencia digital, así como por el grado de disponibilidad en el territorio de población activa con dicha competencia. Los ítems fueron 27 competencias digitales, basados en los estudios de Magro et al. (2014) y Lombardero (2015b y 2015a), lo cual le confiere un primer nivel de validez. El segundo criterio de validez se obtiene a través de un pretest a un grupo de doce expertos de la población estudiada. Se obtienen un 66,67% de respuestas válidas, considerándose la muestra como de buena a muy buena (Baxter y Babbie, 2004). Para garantizar la fiabilidad, se recurre al método de medición del Alpha de Cronbach.
Son cinco las competencias digitales consideradas más necesarias, y llama la atención el hecho de que la disponibilidad de todas las competencias consultadas ha sido valorada con una puntuación inferior a tres, o sólo levemente superior. Los mayores desajustes entre necesidad y disponibilidad se dan en ciberseguridad, tecnologías emergentes y Big Data como apoyo en la toma de decisiones relevantes.
Los resultados tienen implicaciones prácticas tanto para la política de capacitación de las propias empresas, como para el sector educativo, con su misión de formar en perfiles profesionales demandados por el entorno, y concluyen en la necesidad de instrumentar actividades formativas que palien dichos déficits.